jueves, 5 de mayo de 2011

Te despiertas... y me abres los ojos.

A saber cuánto tiempo llevabas ahí dormida… A saber porqué has despertado precisamente ahora, de lo cual me alegro porque en estos momentos sí puedo estar pendiente de ti; antes me hubiera resultado difícil pues tenía mis sentidos en otra persona. Tu despertar no ha sido brusco, quizá para que no me asuste. Al despertarte tú, me has abierto los ojos a mi, me has hecho darme cuenta de que tengo que ponerme al principio de la lista de mis prioridades y he aprendido a valorar doblemente los días buenos. A partir de ahora, te iré conociendo poco a poco, resaltando con lo mejor de ti y lo peor tomarlo simplemente como simples probabilidades… el tiempo decidirá. Eso sí, me he propuesto conocerte concienzudamente, que para eso vamos a ser inseparables… Espero que nos llevemos bien.

lunes, 28 de marzo de 2011

UN AÑO DESPUÉS


Aquí estoy, un año después, esperando que siga pasando el tiempo porque dicen que todo lo cura. Sinceramente, mi herida sigo sintiéndola como al principio, tras aquellos quince días en los que el alivio de que ya no sufrías, me la anestesió.

Cada mañana, sigo colocándome la sonrisa en mi cara... han sido ya tantas veces que, en ocasiones, hasta yo me la creo. Aunque ¿para qué engañarnos? me sigue doliendo recordarte, se me cae de nuevo y, una vez más, vuelvo a colocármela.

Aún, de vez en cuando, sigo mirando mi móvil con la intención de llamarte, pero en seguida me doy cuenta de que no te lo llevaste porque está aquí conmigo.

¿Sabes? El día 19 me acordé mucho más de ti que de costumbre. Fue el primer Día del Padre que no me hizo ninguna ilusión mientras la televisión y la radio no hacía más que repetir que lo celebrase. Me sentí extraña... Recordé nuestro último Día del Padre, cuando viniste a mi casa y se te iluminaron los ojos viendo como había quedado mientras me repetías una y otra vez que te encantaba. Recordé cuando, sabiendo que Mamá no nos oía, me dijiste que me encargase de preparaos un viaje para ella y para ti a Galicia, para cuando estuvieras mejor. No podían faltar tres lugares: Rías Baixas, La Toja y Santiago de Compostela.

Este es el primer año de muchos, dicen que el peor de todos... Pues bien, ya está pasado y habrá que comprobar que es cierto lo que dicen; así que aquí me quedo, esperando que siga pasando el tiempo.


TE SIGO QUERIENDO MUCHO.

lunes, 14 de febrero de 2011

8


8… son los meses que hace que fui a verte, a darte ánimos aún no teniendo la certeza de que me estuvieras escuchando. Te dije que esperaba que te recuperases para verte bien la próxima vez que volviese… pero no me ha dado tiempo.

8… con esa forma era el nudo de mi garganta cuando mis pasos me llevaban por aquel pasillo hasta donde tú estabas, acompañada únicamente de la incertidumbre de cómo iba a encontrarte. Se me hizo difícil, pues nunca me gustaron los hospitales y cada vez menos. Pero salí contenta porque había estado contigo y con la ilusión de haber podido contribuir con mi granito de arena a que volvieras a estar como antes.

8… de este mes de febrero es cuando te has ido sin decirme adiós, cuando yo menos lo esperaba, cuando pensaba que mi granito de arena se había unido a otros muchos y habíamos conseguido que salieras adelante. Pero ahora sé que echabas en falta otros granitos de arena que para ti eran importantes y, quizá, eso te impulsó a marcharte.

8… como el símbolo vertical del infinito, donde ahora estarás con tu madre y, posiblemente, también te encontrarás a mi padre. Cuéntales de mi parte, que la distancia no es el olvido y que el tiempo no cura heridas sino que sólo las anestesia (o quizá ni eso).

8… otra vez ese nudo en mi garganta mientras te recuerdo, mientras escribo todo esto para que no se me quede dentro, mientras me acuerdo de aquella bufanda suave y calentita que he hiciste con tus manos… esa que me hará sentir cada invierno tu caluroso abrazo.


HASTA SIEMPRE, TITA ISABEL.
.

miércoles, 5 de enero de 2011