lunes, 28 de marzo de 2011

UN AÑO DESPUÉS


Aquí estoy, un año después, esperando que siga pasando el tiempo porque dicen que todo lo cura. Sinceramente, mi herida sigo sintiéndola como al principio, tras aquellos quince días en los que el alivio de que ya no sufrías, me la anestesió.

Cada mañana, sigo colocándome la sonrisa en mi cara... han sido ya tantas veces que, en ocasiones, hasta yo me la creo. Aunque ¿para qué engañarnos? me sigue doliendo recordarte, se me cae de nuevo y, una vez más, vuelvo a colocármela.

Aún, de vez en cuando, sigo mirando mi móvil con la intención de llamarte, pero en seguida me doy cuenta de que no te lo llevaste porque está aquí conmigo.

¿Sabes? El día 19 me acordé mucho más de ti que de costumbre. Fue el primer Día del Padre que no me hizo ninguna ilusión mientras la televisión y la radio no hacía más que repetir que lo celebrase. Me sentí extraña... Recordé nuestro último Día del Padre, cuando viniste a mi casa y se te iluminaron los ojos viendo como había quedado mientras me repetías una y otra vez que te encantaba. Recordé cuando, sabiendo que Mamá no nos oía, me dijiste que me encargase de preparaos un viaje para ella y para ti a Galicia, para cuando estuvieras mejor. No podían faltar tres lugares: Rías Baixas, La Toja y Santiago de Compostela.

Este es el primer año de muchos, dicen que el peor de todos... Pues bien, ya está pasado y habrá que comprobar que es cierto lo que dicen; así que aquí me quedo, esperando que siga pasando el tiempo.


TE SIGO QUERIENDO MUCHO.