martes, 16 de junio de 2009

Mi ventana


Abrí aquella ventana de la que tanto me había hablado mi cuñado Luís y me asomé. Sabía que no iba a haber nadie ahí fuera; sólo quería “airear” mi cabeza, respirar hondo, desahogarme un poco. Era mi ventana y, a partir de entonces, la dejaría abierta para asomarme cada vez que lo necesitase, en la intimidad, cuando nadie merodease por ahí fuera pues, aunque a veces lo disimule muy bien, soy un poco tímida. Pero tuve un descuido y Luís me vio asomada a la ventana un día… y luego Inés… “Bueno, quizá no esté tan mal eso de que al asomarme haya alguien por ahí”- pensé. Empecé a pasearme por delante de las ventanas de l@s demás para ir conociéndol@s… y, agradecid@s, después ell@s me devolvían la visita.

Hoy hace justamente 6 meses que abrí mi ventana. Por eso hoy quería dedicar mis palabras a tod@s y cada uno de vosotr@s; especialmente a l@s que, cuando me asomo en mis días nublados, me obsequian con un ratito de su tiempo y me regalan los golpecitos de teclas de sus dedos, haciéndome ver de nuevo el cielo completamente azul.

Ahora ya no pienso que “quizá no esté tan mal eso de que al asomarme haya alguien por ahí”, sino que ahora sé que, si nunca hubiera alguien por ahí, ya no tendría sentido que Bluemoon dejase su ventana abierta.

¡¡¡MUCHAS GRACIAS A TOD@S!!! Y perdonadme si últimamente no merodeo mucho por delante de vuestras ventanas, no son ganas lo que me faltan, sino tiempo; estoy estudiando la manera de ampliar por lo menos a 30 las 24 horas que tiene el día, pero aún no lo que conseguido.

Un besazo enorme para cada un@.


(Nada, que no hay manera de mantener la arroba y que no resalte la palabra!!!)